lunes, 11 de junio de 2012

Celebración de Corpus Christi

"Adorote devote latens Deitas"



El pasado jueves 7 de junio del presente año, en nuestro seminario mayor, celebramos la solemnidad del "Cuerpo y la Sangre de Cristo"

Rezo de las I vísperas
Momento de la consagración en la santa Misa

La celebración de esta solemnidad litúrgica comenzó con un día de anterioridad con el rezo de las I vísperas solemnes, se prolongó con el rezo de los laudes, culminando esta solemnidad con la santa Misa y la solemne procesión del santísimo Sacramento del Altar por los pasillos de nuestro seminario. 


Momento solemne en el primer monumento
Altar preparado por los alumnos del primero año de filosofía
En esta oportunidad, al igual que en años anteriores, se construyeron 3 monumentos en honor a Jesús Sacramentado. El primero de ellos elaborado por los alumnos del primer año de filosofía, el segundo por los alumnos del segundo año de filosofía en unión con los alumnos del primer año de teología, y el último elaborado por los alumnos del trienio teológico.

Altar preparado por los alumnos del trienio teológico

Pedimos a Jesús Sacramentado que bendiga abundantemente a toda la Iglesia universal, de manera muy particular a toda nuestra diócesis, que nos de sacerdotes y vocaciones santas y que nos lleve a todos, pastores y grey, a la patria eterna.



"Oh Jesús presente en el santísimo Sacramento del Altar. "

-Ten misericordia de nosotros-


viernes, 1 de junio de 2012

¿Cómo puedo ser santo?





Muchos, por no decir la mayoría de los cristianos, nos hemos preguntado más de una vez en nuestra vida cómo poder ser santos y así poder ser verdaderos discípulos del Señor, que en calidad de viadores o caminantes vamos por este mundo con la santa tensión de hacer la voluntad de Dios nuestro Padre que es Santísimo.

Sin embargo, una buena parte por no entender la manera como lograrlo se resignan a no buscarla; otros consideran que es muy difícil y por ello es privilegio de sacerdotes y religiosos; otros, que es algo pasado de moda y que requiere demasiado desprendimiento de los gozos de esta vida; y otros tantos, que es algo que no va con ellos y por ello le son indiferentes. Pareciera que estoy hablando de personas comunes sin religión, pero no es así, esto sucede en nuestro ambiente cristiano y la respuesta es porque no hemos hecho nuestro lo que nos dice nuestro Dios primeramente en el Antiguo Testamento:

Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lev 19,18). O lo que nos dice en los textos más antiguos: “ser indiferente con el prójimo es una ofensa a Dios”, por ejemplo en Gn 3,12; 4,9Ss.

Y en el Nuevo Testamento nos habla de la santidad, en muchos textos; pero citando algunos encontramos que nos dice: “Sed santos como yo y mi Padre somos santos” y en otro pasaje: “nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos”.

Y  es que nadie puede decir que ama a Dios si está odiando a su prójimo, o como dice san Juan en: 1 Juan 4,20-21 “si alguno dice que ama a Dios pero aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve”. Verdaderamente la santidad está en el amor al prójimo, aunque éste sea nuestro enemigo… Fácil es decirlo, lo sé, pero es la verdad. Sólo cuando entendamos esto comprenderemos que la santidad es en cierta manera “fácil” conseguir, y no tenemos porque andar buscándola en equivocadas o triviales prácticas  (como la de algunos que creyeron conseguirla viviendo en total abstinencia; los llamados ebionitas que creyeron conseguirla en la total pobreza;  y finalmente los iluministas que creían alcanzarla en la sola contemplación) porque cualquier práctica que haga consistir la  perfección o santidad cristiana en algo distinto a la caridad o verdadero amor es falsa.   

 Esto lo debemos entender y tenemos que convencernos que durante la historia de la salvación Dios lo ha venido corrigiendo y aclarando…los santos lo entendieron y por eso se les ha declarado santos. Sin embargo esto no quiere decir que los Dones que nos ha dado Nuestro Dios en el bautismo y luego en la confirmación y las virtudes morales y teologales que también nos ha dado Él, no tienen importancia; Sería un error creerlo así, pues para comprobar la santidad de alguien la santa Madre Iglesia necesita comprobar la existencia de las virtudes y los Dones consiguientemente con su desarrollo en esa persona. Y es que el Señor mismo dijo: “Por sus frutos os conoceréis” y es que, alguien que vivió según el Espíritu, ha reflejado la santidad de Dios y los frutos del Santo Espíritu se han manifestado en él…

Finalmente deseo decir que nuestra perfección cristiana consiste en terminar algo que hemos comenzado; pues la palabra perfección viene del latín “perficere” que significa: hacer hasta el fin, o hacer completamente algo. Así de este presupuesto se llega a hablar de 3 tipos de perfección:

·         La perfección entitativa, que es la que posee todo ser por naturaleza (perfección substancial) o sea, cuando está completo en sus principios sustanciales según su naturaleza específica…
En la vida cristiana esta perfección entitativa es la gracia. La cual recibimos en el bautismo y por ello todos los bautizados somos santos ontológicamente.

·         La perfección dinámica, que consiste en la capacidad que tiene cada criatura para alcanzar su fin, mediante sus potencias que son las virtudes y los Dones (aquí estrictamente son los Dones que el Espíritu santo a infundido en nosotros).

·         La perfección final, que es la que alcanza como su fin la criatura…

Estas tres perfecciones son llamadas por la teología espiritual de la Iglesia católica: “perfección relativa” y  sólo las alcanzamos nosotros los hombres... En Dios se da sólo la perfección absoluta…
Muchísimo más podría decir de este tema tan importante, pero, si tu amado lector has logrado comprender que la clave está en amar al prójimo como a ti mismo y que has de desarrollar los dones y virtudes que Nuestro Dios nos da para poder hacer lo primero, que es el amor al prójimo, me sentiré útil y feliz porque habré podido iluminarte un poquito en esta búsqueda de la verdadera felicidad…
           





Sem.: Lucas Israel Góngora Mejía