domingo, 6 de febrero de 2011

EXAMEN PSICOLÓGICO A LOS SEMINARISTAS

"Para una valoración más segura de la situación psíquica del candidato, de sus aptitudes humanas para responder a la llamada divina, y para una ulterior ayuda en su crecimiento humano, en algunos casos puede ser útil el recurso al psicólogo"



Este sábado 4 de febrero, se realizó por primera vez en nuestro seminario algo que debió hacerse antes, es decir, un exámen psicológico a los seminaristas.  También, algunos sacerdotes se sometieron voluntariamente al test. Llegó una licenciada en psicología a dirigirlo a petición del equipo formador previamente organizado. Dios mediante, habrá otro en el segundo ciclo.

"En cuanto fruto de un don particular de Dios, la vocación al sacerdocio y su discernimiento escapan a la estricta competencia de la psicología. Sin embargo, para una valoración más segura de la situación psíquica del candidato, de sus aptitudes humanas para responder a la llamada divina, y para una ulterior ayuda en su crecimiento humano, en algunos casos puede ser útil el recurso al psicólogo. Estos pueden proporcionar a los formadores no sólo un parecer sobre el diagnóstico y la eventual terapia de los disturbios psicológicos, sino también una aportación a favor del apoyo en el desarrollo de las cualidades humanas y, sobre todo, relacionales necesarias para el ejercicio del ministerio, sugiriendo itinerarios útiles a seguir para favorecer una respuesta vocacional más libre.

La formación al sacerdocio también debe armonizarse, tanto con las múltiples manifestaciones de aquel tipo de desequilibrio que se encuentra radicado en el corazón del hombre –que tiene una particular manifestación en las contradicciones existentes entre el ideal de oblación, al que conscientemente aspira el candidato, y su vida concreta–, como con las dificultades propias de un progresivo desarrollo de las virtudes morales. La ayuda del padre espiritual y del confesor es fundamental e imprescindible para superarlas con la ayuda de la gracia de Dios. En algunos casos, sin embargo, el desarrollo de estas cualidades morales puede venir obstaculizado por particulares heridas del pasado, aún no resueltas.

En efecto, aquellos que hoy piden entrar en el Seminario reflejan, en modo más o menos acentuado, los inconvenientes de una emergente mentalidad caracterizada por el consumismo, por la inestabilidad en las relaciones familiares y sociales, por el relativismo moral, por visiones equivocadas de la sexualidad, por la precariedad de las opciones, por una sistemática obra de negación de los valores, sobre todo, por parte de los medios de comunicación.

Entre los candidatos podemos encontrar algunos que provienen de experiencias peculiares –humanas, familiares, profesionales, intelectuales, afectivas– que en distinto modo han dejado heridas todavía no sanadas y que provocan disturbios que son desconocidos en su real alcance por el mismo candidato y que, a menudo, son atribuidos erróneamente por él mismo a causas externas a su persona, sin tener, de esta forma, la posibilidad de afrontarlos de manera adecuada.

Es evidente que todo esto puede condicionar la capacidad de progresar en el camino formativo hacia el sacerdocio.

“Si casus ferat” –es decir, en los casos excepcionales que presentan particulares dificultades–, el recurso a los psicólogos, ya sea antes de la admisión al Seminario, como durante el camino formativo, puede ayudar al candidato en la superación de aquellas heridas en vista siempre a una cada vez más estable y profunda interiorización del estilo de vida de Jesús Buen Pastor, Cabeza y Esposo de la Iglesia.

Para una correcta valoración de la personalidad del candidato, el psicólogo podrá recurrir tanto a entrevistas, como a tests, que se han de realizar siempre con el previo, explícito, informado y libre consentimiento del candidato.

Considerado el carácter particularmente delicado del asunto, se deberá evitar el uso de técnicas psicológicas o psicoterapéuticas especializadas por parte de los formadores" (Congregación para la Educación Católica, Orientaciones para el uso de las competencias de la psicología en la admisión y en la formación de los candidatos al sacerdocio, n. 5, 2008). 


Noticia del 31 de Octubre de 2008
El Vaticano aconseja a los seminarios facilitar consultas psicológicas a todos los seminaristas que necesiten ayuda especial debido a incertidumbre en su orientación sexual, orientación homosexual, excesiva dependencia afectiva, etc. siempre con el permiso y el acuerdo explícito de los interesados. Tan sólo pueden ser ordenados sacerdotes candidatos con una estabilidad de carácter que les permita hacer frente a una vida muy difícil, cargada con un trabajo muy abundante y con las preocupaciones de muchas otras personas.
El objetivo del documento del Vaticano es evitar que se ponga una pesada carga sobre los hombros de personas que tienen dificultades de salud emocional para llevarla. Al mismo tiempo, se pretende evitar el escándalo que produce el mal comportamiento de los sacerdotes, como ha sucedido en los últimos años con el abuso sexual de menores, un problema ya bastante resuelto y por el que el Papa ha pedido perdón en sus últimos viajes a Estados Unidos y Australia, dos de los países más afectados.
Elementos desestabilizadores
El examen y la ayuda psicológica a los seminaristas se ha vuelto necesaria debido a la situación problemática de la que proceden muchos candidatos al sacerdocio en las sociedades contemporáneas: clima de consumismo, familias desunidas, relativismo moral, inmadurez afectiva, etc. entre otros elementos desestabilizadores de la conducta. Cada vez son más las personas que llegan al seminario no sólo con una edad mayor sino también, por lo tanto, con cicatrices de heridas psicológicas.
El cardenal Zenón Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica y responsable de los seminarios, presentó ayer en el Vaticano las «Orientaciones para el uso de la psicología en la admisión y formación de los candidatos al sacerdocio», un documento que ha requerido 13 años de trabajo y en el que colaboró en su día el cardenal Joseph Ratzinger cuando era titular de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El documento, aprobado por Benedicto XVI, deja muy claro que la ayuda de psicólogos nunca puede imponerse a los seminaristas, pero reitera que los responsables de los seminarios tienen el deber de aconsejar la salida a los candidatos que no reúnen todas las condiciones para el sacerdocio.La vida del sacerdote en la sociedad contemporánea está sobrecargada de trabajo, requiere hacerse cargo de los problemas de muchas otras personas y, además, mantener un estilo de vida ejemplar frente al consumismo dominante. Un equilibrio psicológico sólido es absolutamente necesario pues el ministerio sacerdotal implica «una extraordinaria y exigente sinergia de dinamismo humano y espiritual».
Ese equilibrio incluye «un sentido estable y positivo de la propia identidad masculina», así como la capacidad de conocerse, de corregirse y de confiar en los demás. Es también necesario asegurarse de antemano de que «el celibato no sea una carga tan pesada que desestabilice el equilibrio afectivo y relacional» de los candidatos al sacerdocio.
Por ese motivo, el Vaticano recuerda que son también impedimentos para el sacerdocio la agresividad desproporcionada, la incapacidad para cumplir obligaciones, para darse a conocer a los superiores o para confiar en ellos, lo mismo que la excesiva rigidez de carácter.
Según el documento, los formadores de los seminaristas deben dejar claro que el hecho de aconsejarles la ayuda de un psicólogo «no es el preludio a una inevitable expulsión del seminario». Pero, en los casos en que a algún seminarista se le aconseje dejarlo por motivos de inmadurez psicológica, el interesado deberá mencionar esta circunstancia si decide pedir la entrada en cualquier otro seminario o casa de formación de órdenes religiosas.

2 comentarios:

  1. Todo sea para la Gloria de Dios..!!!!

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  2. +Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesotta.
    +EST DE LA FIGURA HUMANA DE KAREN M MACHOVER.
    Recomiendo estos TEST par patologías.

    Inteligencia
    Dominus D-40


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