lunes, 31 de octubre de 2011

Convivencia en parroquia "San Josè Verapaz"






El pasado viernes 28 de Octubre, como seminario mayor, visitamos la parroquia de "San Josè" en el municipio de Verapaz, San Vicente.

Nuestro viaje empezò a eso de las 2:00 pm, despues del rezo del Santo Rosario, inmediatamente al arribar nos dispusimos a encaminarnos hacia la cancha de fútbol municipal para enfrentar a un grupo de jóvenes en un partido amistoso.
Seminaristas arribando a la cancha de fútbol

El encuentro estuvo bastante movido durante el primer tiempo, el equipo de casa abrió el marcador, pero, luego en las postrimerìas del mismo se anotó el gol del empate. Ya en el segundo tiempo, el dominio del equipo del seminario fue mas notable, y se logrò anotar 4 goles, quedando el marcador 4-1 a favor de los visitantes.

Momentos del partido
Cabe mencionar que durante el partido, la barra del seminario -conformada por seminaristas y jóvenes de diversos grupos parroquiales- entonaron cantos alusivos al mes misionero, se creó un ambiente muy propicio para compartir.

Seminaristas y jóvenes cantando 
Luego de haber finalizado el partido, nos dirigimos hacia la parroquia donde el Revdo. P. Renè Maldonado y el revdo. P. Pedro de la Cruz nos esperaba con una merienda; luego de haber descansado un poco, nos preparamos para la Santa Misa. La Santa Misa fue a la 6:00 pm, la presidiò el revdo. P. Eduardo Chavez -rector de nuestro seminario-, concelebraron los revdos padres: p. Gustavo Romero -vicerrector del seminario-, p. Gerardo Amado -formador del seminario-, y el p. Renè Maldonado, nuestro anfitrión y párroco de Verapaz.

Seminaristas ensayando momentos antes de la Santa Misa


Padre Gustavo Romero, proclamando el Evangelio.

Revdo. P. Renè Maldonado, dirigiéndose a nosotros.
Luego de haber compartido la mesa Eucarística, nos dispusimos a compartir la mesa fraterna; los reverendos padres, Renè Maldonado y Pedro de la Cruz, nos habían preparado una deliciosa cena a todos los seminaristas y equipo formador. Concluimos nuestro día en la misma parroquia con el rezo de las completas.
Seminaristas cenando
"Gracias Padre Renè Maldonado y Padre Pedro de la Cruz, gracias feligreses de la parroquia de "San Josè Verapaz", Dios les pague sus muestras de afecto y cariño para con nosotros."

miércoles, 26 de octubre de 2011

SANTA MISA EN IDIOMA LATÍN


"PIDO A LOS FUTUROS SACERDOTES, DESDE EL TIEMPO DEL SEMINARIO,
SE PREPAREN PARA COMPRENDER Y CELEBRAR
LA SANTA MISA EN LATÍN"
(Sacramentum Caritatis, 62)

Hoy miércoles 26 de octubre, a las 6: 00 a.m., hemos celebrado en nuestra institución de una manera solemne, la Santa Misa en la lengua oficial de la Iglesia Católica. La Eucaristía fue celebrada por el padre Gustavo, vice-rector y profesor de latín en nuestros seminarios diocesanos.

La Santa Misa en Latín es de carácter institucional, es decir, pedida y aprobada por el Equipo Formador. Es tradición desde el 2008 que el primer año de filosofía, como cierre de la materia de latín, organice y dirija la Santa Misa de manera solemne, El año antepasado y pasado se celebraba la Misa en latín, de modo mensual o bi-mensual.


Estamos siguiendo el deseo del Santo Padre Benedicto XVI, manifestado en la Exhortación Apostólica Post-Sinodal "Sacramentum Caritatis",  numeral 62: "Pido que los futuros sacerdotes, desde el tiempo del seminario, se preparen para comprender y celebrar la santa Misa en latín, además de utilizar textos latinos y cantar en gregoriano; y se ha de procurar que los mismos fieles conozcan las oraciones más comunes en latín y que canten en gregoriano algunas partes de la liturgia".

Seminarista Luis Chacon
Coordinador general de la liturgia de la Misa en Latín

Los seminaristas del primer año de filosofía se esmeraron por preparar lo mejor posible la Santa Misa, y el resto participó de manera gradual pero positiva. 


Realmente, dejando a un lado los criterios cerrados, hemos descubierto que al introducirnos en la Misa en latín, estamos en consonancia con la rica tradición de la Iglesia y ante una riqueza cultural. 
«ad laudem et gloriam nominis Sui»

martes, 25 de octubre de 2011

ÁREA ESPIRITUAL

El Santísimo Sacramento del Altar



Adoro te devote, latens Deitas… -Te adoro con devoción, Dios escondido- Así comienza uno de los Himnos que Santo Tomás de Aquino compuso en honor al Santísimo Sacramento del Altar, y con esto, compartimos hoy, querido lector, una breve reflexión de la grandeza del Misterio del Santísimo Sacramento del cual siempre nos quedaremos cortos.

Scott Hann, en su libro la Cena del Cordero, nos habla ya, de la figura del Apocalipsis, en toda la Santa Misa. ¿Es que no te das cuenta? Es la acción de Dios más sublime y majestuosa. ¿Pides un milagro? Lo tienes… todos los días, cuando Jesús se hace presente con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, todo Él, más indefenso que en Belén, en las manos del Sacerdote en lo que parece pan, pero no es pan, el Cáliz en lo que parece vino, pero no es vino, que ofrece pro multis –por muchos-. Se entrega como Comida que da vida espiritual por ti y por mí. Nos ama y nos llama. El mismo que convirtió el agua en vino en las bodas de Canaán, el que alimentó a cinco mil hombres con cinco panes y dos peces, es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, del que habló San Juan Bautista. Dios mismo se anonada para que tú y yo aprendamos a ser humildes, y saber que necesitamos de él.

Imagínate que tuvieras delante de ti a Jesús, siendo visible para ti corporalmente… Qué le dirías? Estoy seguro que le darías gracias por los beneficios que has recibido de sus manos generosas… le pedirías por un familiar o un amigo que no anda en muy buen camino… le contarías tus penas y tus alegrías… Acude a Él, que está presente en el Santísimo Sacramento del Altar.

Señor, tú me das todo y yo…
¿Te entrego quince minutos al día al menos para hablar contigo, de Ti y de mí, de lo que me preocupa? Iugum meum suave est –mi yugo es suave-, dice el Señor, descarga en Él tus preocupaciones. Él siempre te espera en el Sagrario, esa “cárcel de amor”, en la que Jesús mismo, el Rey de reyes y Señor de señores te espera y quiere transformar tu vida para que vivas con la alegría del que se sabe hijo de Dios.

Digámosle como el Ciego de Jericó: Domine, ut videam! –Señor, que vea-. Que vea lo inmenso que es tu amor para con nosotros, que te has querido quedar acompañándonos hasta el fin del mundo.

Santa Catalina de Siena dice que en el momento en el que se da la Consagración cuando el Sacerdote impone las manos sobre las especies de pan y vino, y pronuncia las Palabras de Cristo en la Última cena, el cielo se abre y los ángeles bajan y se postran rostro en tierra para adorar a Jesús, que se hace presente por el Espíritu Santo.
Los ángeles constantemente hacen la corte a Jesús en el Santísimo Sacramento. Los saludos que los fieles que pasan frente a las iglesias recordando con la señal de la cruz o bajando la cabeza en señal de profundo respeto y delicadeza con nuestro Señor, pequeños gestos que le agradan, gestos que demuestran nuestro amor hacia Aquél que nos amó primero.

Y… cuando comulgues en Misa, no te olvides que en ese momento te conviertes en un sagrario. Dios está dentro de ti, todo Él, contigo. Dile lo que quieras. Por eso, es tan importante la acción de gracias después de Misa. Diez minutos, agradécele al Señor que está dentro de ti, el Pan de la vida, -díselo- mi Amor, mi Dios, mi Luz, mi Todo.

En nuestro país vecino, Guatemala, hace ya algún tiempo hubo un fraile franciscano, pequeño en estatura, pero grande en corazón, que todos los días visitaba a nuestro Señor en el Sagrario en donde encontraba su fortaleza y alegría para ayudar al más necesitado. Para la fiesta del Corpus Christi, El Obispo de aquél entonces, Mons. Castellanos y Monroy, llevaba al Santísimo Sacramento en la Custodia por las calles de la Antigua Guatemala, bajo el suntuoso palio, muy digno de nuestro Señor. La procesión era magna y se entonaban alabados y vivas a nuestro Señor, las gentes se arrodillaban en las calles de la empedrada ciudad, de pronto… la procesión se detuvo… y es que enfrente de la Iglesia Catedral un hombrecito se puso a bailar, y le cantaba al Santísimo. Nadie se rió de él, pues hacía recordar al rey David frente al Arca de la Alianza. Ese hombrecito era el Santo Hermano Pedro de San José de Bethancourt.

Tú y yo haremos el propósito firme  de comulgar más frecuentemente, con el alma limpia, de hablar con el Señor aunque sea unos minutos a diario y en una hora fija y… si no sabes hacer oración, dile: Señor, que no se hacer oración y en ese momento ya la estás haciendo. Señor, estoy cansado. Estás haciendo oración. 15 minutos sólo para Él. 

Pidamos a nuestra Madre Santísima, la Virgen María, en el mes del rosario, que nos haga crecer en amor a Jesús Sacramentado, a apreciar la grandeza del misterio, en honor al cual fueron compuestos muchísimos himnos y cantos a lo largo de la historia de la Iglesia y que nos obtenga la gracia de verle, finalmente, ya no oculto en la Hostia, sino cara a cara para adorarle con sus Ángeles y sus Santos por los siglos de los siglos.


 Autor 
Seminarista José Sánchez Carranza

jueves, 20 de octubre de 2011

Mons. Mario Rìos Mont nos visita

Monseñor Rìos Mont y Monseñor Elìas Rauda

El Administrador Apostólico para el vicariato de Izabal (Guatemala), Mons. Mario Rìos Mont, nos visitò el martes 18 del presente mes. Mons Rìos vino a conocer a los seminaristas de la diocesis de Izabal que cursan sus estudios eclesiásticos en este seminario.

Seminaristas cantando para Monseñor Mont

Luego de haber descansado un poco de su largo viaja desde Guatemala, se reuniò con sus seminaristas, acto seguido se unió a la comunidad del seminario en el rezo de las vísperas; al terminar nos dispusimos a compartir la mesa fraterna con la presencia de Mons. Mont y Mons. Josè Elìas Rauda.


El seminarista Alcides Alvarenga dirigiendo algunas palabras a Mons. Mont.


Monseñor Mont nos brindó una agradable sorpresa al comentarnos que perteneció al clero de San Vicente y una de sus primera parroquias fuè la parroquia de San Sebastiàn, en medio de la lluvia que no cesaba, Monseñor Mont nos invitaba a seguir adelante, a tratar de llegar hasta la meta, a ser mejores y a entregar nuestras vidas a Cristo. 



Monseñor Elìas Rauda dirigiendo unas palabras a Monseñor Mont.


lunes, 17 de octubre de 2011

ÁREA HUMANA



FORMACIÓN DE LA DIMENSIÓN MORAL

La formación humana incluye necesariamente la educación de esa dimensión moral por la cual un ser humano es “bueno” en cuanto ser humano.
El centro de esa dimensión  es la conciencia moral. El Beato Juan Pablo II dice al respecto: “la educación de la conciencia moral es importante, ya que al requerir la intimidad del propio “yo” la obediencia a las obligaciones morales, descubre el sentido profundo de esa obediencia, a saber, ser una respuesta consciente y libre y por tanto, por amor alas exigencias de Dios y de su amor[1]”. En efecto, ¿cómo no ha de ser central para quien pretende ser “hombre de Dios”, formar aquello que es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla?[2] Formar la conciencia será entonces preparar el encuentro con Dios, escuchar su voz.
La conciencia será el faro para el camino: La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está enfermo todo tu cuerpo estará en oscuras. Y si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡que oscuridad habrá![3] (Mt 6, 22-23). La conciencia formada será garantía de que no habrá doblez, insinceridad, hipocresía en su vida. Una conciencia deformada será en cambio fuente de tinieblas y zozobra.
Pero además, la conciencia del sacerdote está puesta al servicio de los demás. Él ha sido llamado a ser maestro en la fe, guía en el camino hacia Dios, educador de la conciencia moral de los fieles a él encomendados. Una buena parte de su ministerio  diario consistirá en iluminar las conciencias y aconsejar a los hombres y mujeres en la confesión, en la dirección espiritual, en reuniones y conferencias y hasta en el dialogo informal.
En definitiva, la formación de la conciencia tomará un matiz u otro según la concepción que se tenga del hombre, y del modo como se conciba y se perciba el bien y el mal; es decir, del concepto que se tenga de la moral.   
           
Autor
Seminarista José López



[1] Pastores Davo Vobis 44.
[2] Gaudium et Spes 16
[3]  Posiblemente, este texto quiere decir que si lo que nosotros consideramos como luz es oscuridad, ¡como será la oscuridad propiamente hablando!

miércoles, 12 de octubre de 2011

ÁREA PASTORAL

¿QUÉ ES EVANGELIZAR?


La palabra evangelizar significa literalmente "buen mensaje", "buena noticia". Jesús designa como "Evangelio" la llegada del Reino de Dios, que provocará la liberación de los oprimidos y la justicia para los pobres. Este es el anuncio que manda proclamar a sus discípulos tras la Resurrección: "Id por todo el mundo y proclamad la buena noticia (evangelio) a toda criatura" (Mc 16,15).

Jesús da una orden precisa a los apóstoles "Proclamad la Buena Nueva a toda la creación" (Mc 16,15), "Haced discípulos a todas las gentes" (Mt 28,19), con una predicación suscita  la conversión para el perdón de los pecados (Cfr. Lc. 24,47).

En el momento de la Ascensión, los discípulos limitan aún su esperanza al Reino de Israel, pues le preguntan a su Maestro: "Señor ¿Es en este momento cuando vas a restablecer el Reino de Israel?" (Hch. 1,6). En su respuesta, el Salvador les muestra claramente que deben superar el horizonte, y que ellos mismos deben convertirse en testigos no solo en Jerusalén, sino también en toda Judea y Samaria "y hasta los confines de la tierra" (Hch 1,8)

Esta misión de proclamar la buena nueva a toda la creación, sigue vigente en la Iglesia, pero para lograr llegar a los corazones de nuestros contemporáneos debemos de elaborar un buen método pastoral. El Papa Juan Pablo II en la Carta Apostólica, “Novo Millennio Ineunte” nos dice cuales deben ser las prioridades pastorales, para cumplir la misión de anunciar el evangelio.

Santidad: es una urgencia pastoral todos estamos llamados a la santidad; el verdadero misionero es el santo.

Oración: hay que aprender a orar y hacerlo un hábito.

Eucaristía dominical: ella es el centro del domingo, el día del Señor y de la Iglesia.

Sacramento de la reconciliación: se debe proponer de manera convincente y eficaz la práctica de la confesión.

Primacía de la gracia: sin Cristo no podemos hacer nada.

Escucha y anuncio de la Palabra: para anunciar a otros la buena nueva primero hay que asimilarla para anunciarla con eficacia.

El beato Juan Pablo II, con estas prioridades, nos garantiza un camino seguro para adentrarnos en este nuevo milenio, con una evangelización que este a la altura con las exigencias de nuestro tiempo.

sábado, 8 de octubre de 2011

TALLER DE "LECTIO DIVINA"


"Los aspirantes al sacerdocio ministerial están llamados
 a una profunda relación personal con la Palabra de Dios, 
especialmente en la lectio divina"
(Verbum Domini, 82)

Ayer viernes 7 de octubre, se llevó a cabo un taller de "lectio divina", en nuestro seminario, el cual dio inicio a las 5: 30 p.m., y finalizó con el rezo de las completas a las 9: 00 p.m. 
Fue dirigida por el profesor de Sagrada Escritura de nuestro seminario, el Revdo. P. Lic. Remberto Huezo. 
El taller tuvo dos partes: 1. Ilustración doctrinal sobre la naturaleza de la "lectio divina". 2. Ejercicio práctico de la "lectio". 
El padre guía, expresaba la admiración y satisfacción, por la respuesta positiva por parte de los seminaristas, a quienes durante todo este año, se les ha estado familiarizando con la Sagrada Escritura.


Exhortación Apostolica Post-Sinodal "Verbum Domini", n 87:
En los documentos que han preparado y acompañado el Sínodo, se ha hablado de muchos métodos para acercarse a las Sagradas Escrituras con fruto y en la fe. Sin embargo, se ha prestado una mayor atención a la lectio divina, que es verdaderamente «capaz de abrir al fiel no sólo el tesoro de la Palabra de Dios sino también de crear el encuentro con Cristo, Palabra divina y viviente». Quisiera recordar aquí brevemente cuáles son los pasos fundamentales: se comienza con la lectura (lectio) del texto, que suscita la cuestión sobre el conocimiento de su contenido auténtico: ¿Qué dice el texto bíblico en sí mismo? Sin este momento, se corre el riesgo de que el texto se convierta sólo en un pretexto para no salir nunca de nuestros pensamientos. Sigue después la meditación (meditatio) en la que la cuestión es: ¿Qué nos dice el texto bíblico a nosotros?Aquí, cada uno personalmente, pero también comunitariamente, debe dejarse interpelar y examinar, pues no se trata ya de considerar palabras pronunciadas en el pasado, sino en el presente. Se llega sucesivamente al momento de la oración (oratio), que supone la pregunta: ¿Qué decimos nosotros al Señor como respuesta a su Palabra? La oración como petición, intercesión, agradecimiento y alabanza, es el primer modo con el que la Palabra nos cambia. Por último, la lectio divina concluye con la contemplación (contemplatio), durante la cual aceptamos como don de Dios su propia mirada al juzgar la realidad, y nos preguntamos: ¿Qué conversión de la mente, del corazón y de la vida nos pide el Señor? San Pablo, en la Carta a los Romanos, dice: «No os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto» (12,2). En efecto, la contemplación tiende a crear en nosotros una visión sapiencial, según Dios, de la realidad y a formar en nosotros «la mente de Cristo» (1 Co 2,16). La Palabra de Dios se presenta aquí como criterio de discernimiento, «es viva y eficaz, más tajante que la espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón» (Hb 4,12). Conviene recordar, además, que la lectio divina no termina su proceso hasta que no se llega a la acción (actio), que mueve la vida del creyente a convertirse en don para los demás por la caridad" (Benedicto XVI).

jueves, 6 de octubre de 2011

REZO DEL SANTO ROSARIO MISIONERO


Ayer miércoles 5 de Octubre, hemos comenzado el rezo del Santo Rosario Misionero en nuestra institución. Cada miércoles de este mes, le tocará a un grupo dirigir esta oración mariana. Les compartimos el esquema que se desarrolla:

1. Palabras de apertura.
2. Datos sobre un continente (cada miércoles es uno distinto).
3. Rezo del Rosario (los misterios son con intención misionera, cantos misioneros).
4. Predicación por parte de un seminarista.
5. Palabras conclusivas

HISTORIA EN NUESTRO SEMINARIO

Por iniciativa del Revdo. Padre Gustavo Romero, Vice-rector, dieron inicio hace dos años (2009) estos rosarios misioneros. Este es el tercer año consecutivo en que se realiza. Cada grupo despliega su creatividad teniendo en cuenta el esquema anteriormente presentado. Hace dos años eran a las 4 de la tarde, pero desde el año pasado son de las 8: 00 p.m., en adelante.

Cómo rezar el Rosario Misionero


El Rosario Misionero tiene 5 colores y cada uno de ellos representa un continente diferente:
VERDE: AFRICA El verde nos recuerda las verdes selvas del continente.

ROJO: AMERICA El rojo simboliza la sangre derramada por los mártires que dieron su vida en el anuncio del Evangelio en nuestro continente.

BLANCO: EUROPA El blanco nos recuerda la raza aria y las vestiduras del Papa, que tiene su sede en este continente.

AZUL: OCEANÍA 
El azul nos recuerda sus numerosas islas rodeadas de las azules aguas del Océano Pacífico. 

AMARILLO: ASIA El amarillo nos recuerda la raza amarilla de sus pobladores.
Lo rezamos como el Rosario tradicional; en cada misterio rezamos un Padre Nuestro, diez Ave Marías y un Gloria. La particularidad de este Rosario son los colores de cada decena, cuyo objetivo es ayudarnos a rezar por la misión y por los misioneros presentes en cada uno de los continentes.

Características propias del Rosario Misionero

  1. Se inicia con la Señal de la Cruz y la oración del Pésame.
  2. Según el día de la semana, se rezarán los misterios que correspondan, ofreciendo un misterio por cada continente, junto a la intención que se sugiere. De la siguiente manera:
  • 1º Misterio: Pidamos por África, para que pueda superar el sufrimiento provocado por el hambre, las continuas guerras y las desigualdades raciales.
  • 2º Misterio: Pedimos por la Iglesia en América, para obedientes al Maestro pueda escuchar el consejo de María, que nos dice: "Hagan lo que El les diga".
  • 3º Misterio: Pidamos para que la Iglesia en Europa, recupere su vitalidad cristiana y misionera.
  • 4º Misterio: Pidamos por todos los hombres y mujeres de Oceanía, para que escuchando la Palabra de Dios, se dejen transformar por ella.
  • 5º Misterio: Pidamos por los pueblos de Asia, para que permanezcan abiertos al anuncio del Evangelio proclamado por los misioneros.
"MARÍA, REINA DE LAS MISIONES,
RUEGA POR NOSOTROS"

lunes, 3 de octubre de 2011

ÁREA ESPIRITUAL


LA PALABRA DE DIOS, FUENTE DE ORACIÓN





En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros. (Jn 1, 1.14)

El Papa Benedicto XVI en la Exhortación Apostólica Post-sinodal Verbum Domini, nos habla de la necesidad de acercarnos a la Palabra de Dios: la fe cristiana –dice el Papa- no es una «Religión del Libro», el cristianismo es la «Religión de la Palabra de Dios», no de una palabra escrita y muda, sino del Verbo encarnado y vivo. Por consiguiente, la Escritura ha de ser proclamada, escuchada, leída, acogida y vivida como Palabra de Dios en el seno de la Tradición Apostólica de la que no se puede separar (cfr. Conc. Ecum. Vat II. Constitución Dogmática Dei Verbum, sobre la divina Revelación, 10).

En nuestra oración,  hablamos, pedimos, rogamos, pero… ¿cuándo dejamos que Él hable?
Habla, Señor, que tu siervo escucha –dice Samuel al escuchar la voz de Dios- (cfr. I Sam 3, 10). Samuel escuchaba la voz del Señor, pero no distinguía, pues no le conocía y cuando le conoció lo amó.

Cristo llama a tu puerta, te quiere hablar… Es Cristo que pasa… loco… loco de amor. ¿Abrirás las puertas de tu alma para que Él habite en ti? Dómine, dubi habitas – ¿Señor en dónde habitas?-.

La Palabra de Dios nos lleva a valorar la exigencia de vivir conforme a la  ley inscrita en el corazón (cfr. Rom 2, 15; 7, 23), dando a los hombres a capacidad de superar su egoísmo para entregar su vida como un servicio a los demás. Esa ley inscrita no es más que vivir en la libertad de los hijos de Dios. San Josemaría nos recuerda que el Señor murió clavado en la cruz por tus pecados –los míos también-, para que viviésemos in libertate gloriae filiorum Dei –en la libertad y la gloria de los hijos de Dios-. Él ha dado la vida por ti, y tú… ¿qué haces por Él?

Propone el Santo Padre, acudir a los santos, “rayos de luz que salen de la Palabra de Dios”, en los que vemos el ejemplo vivo del que hace la Voluntad del Señor, del que ora con su Palabra. Que nuestra vida sea como la  de los santos. Ya nuestro Señor nos dice que su alimento es hacer la Voluntad de su Padre, de nuestro Padre Dios. A veces, la vida nuestra, puede estar cargada de contradicciones y problemas que encuentran su sentido en la confianza a Su Palabra «Su misericordia llega a sus fieles, de generación en generación» (Lc 1, 50). San Pedro nos enseña a tener confianza en Él: -Maestro, hemos estado bregando durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero sobre tu palabra echaré las redes. (Lc 5, 5), confianza en Dios que se manifiesta en su Palabra.

San Juan Crisóstomo en el Siglo IV nos exhorta: “¡Leamos con mucha atención las Sagradas Escrituras divinas! Alcanzaremos su verdadera comprensión si nos dedicamos siempre a ellas. No es posible, en efecto, que quien muestra gran cuidado y deseo de conocer las palabras divinas se quede en la estocada” (Super Gen XXXV, 1-2). Es decir, quien quiere conocer más de cerca a Jesucristo en la Palabra de Dios, no puede quedarse con el sentimiento solo, sino que se siente atraído a transformar su vida.

San Josemaría Escrivá de Balaguer nos dice: “«No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios», dijo el Señor. ¡Pan y palabra!: Hostia y oración. Si no, no vivirás vida sobrenatural.” (Camino, 87)

Amar la Palabra de Dios, sobre todo, en la Santa Misa, meditando despacio lo que el Señor nos quiere decir, practicando la Lectio Divina o lectura orante de la Palabra de Dios. La oración es el fundamento sobre el cual se construye el edificio de la vida espiritual, más aún si brota de la fuente, la Sagrada Escritura. Sin la oración, la vida espiritual, como la casa edificada en la arena, se viene abajo por no tener en qué sostenerse. La Sagrada Escritura es Dios mismo que nos habla y que nos llama a cada uno por su nombre, por nuestros nombres.

Si no podemos amar lo que no conocemos, esforcémonos, pues por conocer más profundamente a Cristo en la Sagrada Escritura, meditando en su Palabra, diciendo con San Pedro: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn 6, 68). Señor, queremos tratarte, queremos amarte y por eso, queremos alimentamos de ti, en el Santísimo Sacramento y con tu Palabra.

San José nos enseña con su ejemplo, a hacer lo que Dios nos diga en su Palabra, en nuestra vida diaria, hacer vida lo que celebramos, lo que leemos, lo que oramos: en nuestro estudio, en el trabajo de cada día, sin hacer cosas raras, en lo ordinario, haciendo de ello, una ofrenda agradable a Dios.

Tengamos el mismo atrevimiento que tuvo aquél santo al decir en la Comunión Espiritual: Yo quisiera, Señor, recibiros, con aquella pureza, humildad y devoción, con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos. Yo también quiero, Señor,  quiero conocerte, tratarte y amarte.

En la cumbre de la jerarquía de los ángeles y los santos está la Santísima Virgen, que nos enseña, que  sentía un profundo amor a la Palabra de Dios, evidente en el Magníficat. Ella, la Inmaculada, la que guardaba las Palabras del Señor en su corazón, nos enseñará a ir hacia Él para que nosotros también podamos adorarle, –como decía Santo Tomás de Aquino en el Adoro te devote-, viendo su rostro ya no oculto, seamos felices viendo Su gloria.

Autor
Seminarista José Sanchez Carranza. 

domingo, 2 de octubre de 2011

BUEN RETORNO


Este Jueves 29 de Septiembre de 2011, los reverendos diáconos Salvador y Samuel, y el seminarista Reynaldo, han partido de nuestro país para retonar a sus estudios en Roma. Ellos estarán haciendo una licenciatura cada uno, luego vuelven a la diócesis para colaborar junto al señor obispo en lo que se les encomiende. 

Por eso, el lunes 26 se les hizo un pequeño acto en agradecimiento por su colaboración con el seminario, en su tiempo de vacación y para brindarles nuestro apoyo en su iter formativo.

Dios y María Santísima los bendiga y todo ese potencial que están recibiendo, venga a contribuir a la potenciación de la formación de los seminaristas de nuestra diócesis.