lunes, 3 de septiembre de 2012

Una pregunta que debemos hacernos.



¿Sé donde estoy parado y por ello vivo mi espiritualidad?

En esta ocasión me he permitido escribir acerca de un aspecto muy importante para nuestra vida espiritual o sea, que conviene a nuestra vida espiritual. Y aunque no sea estrictamente de dimensión espiritual, atañe o incumbe a nuestra espiritualidad, ya que, necesariamente tenemos que conocer “donde estamos parados” para  así vivir en plenitud lo que creemos, y esto es lo que en definitiva nuestro Dios desea: que le conozcamos totalmente, íntegramente con todo nuestro ser.

            Leyendo un poco un escrito de un especialista en lenguas antiguas(o filólogo) , y en historia de las religiones(Manuel Guerra), me encontré con afirmaciones que alegran el corazón del cristiano, porque confirman cada vez más que ser cristiano y poseer dicha vocación, es uno de los más grandes dones que Dios ha dado al ser humano. Esto no lo digo con egoísmo, sino, con humildad y principalmente con objetividad o apegado a la verdad.

            Entrando en materia después de haber realizado una sencilla pero necesaria introducción, enuncio una de las grandes verdades que escuche: “sólo en el cristianismo se puede hablar propiamente de fe”, y el autor explica: el termino fe implica conocimiento natural y sobrenatural al mismo tiempo; aceptación de verdades reveladas, basadas en la autoridad de Dios, etc., y esto solo lo tiene el cristianismo estrictamente, ya que es la plenitud de lo revelado en antiguo a nuestros padres en la fe(judíos), y en los cuales están hundidas nuestras raíces cristianas. Además este termino (fe) tiene muchos elementos importantes, entre los cuales deseo resaltar o destacar dos: “el elemento racional y el elemento afectivo”, de los cuales enunciaré solo algunas frases claras pero abarcantes.

“En el elemento racional se nos enseña que la fe no es una sumisión ciega a algo o a alguien por un simple “porque sí”, sino la adhesión a la doctrina y verdades cristianas, que son en muchos puntos superiores a nuestra capacidad humana y llenas de misterio, pero – a pesar de todo – racional.”
“En cuanto al elemento efectivo, la fe en su vertiente humana, no es meramente intelectual ni un saber porque se ha visto, experimentado o razonado algo. La fe nace de la confianza, de fiarse. Se creen las verdades de la fe divina y católica porque se cree a y en alguien: Dios, Jesucristo.

Ahora bien, así como he destacado este punto de la fe, pudiera hacer lo mismo con otros como por ejemplo: el origen de las religiones más antiguas, las causas de la desligación de las Iglesias históricas cristinas de la Iglesia católica, y la pertinaz contradicción que promueven las sectas cristianas (con argumentos erróneos) a la madre de las Iglesias cristianas: la Iglesia católica, donde subsiste la verdad o tiene a la verdad como su fundamento. Sin embargo, como no es posible en este momento, te invito a que leas y leas cada vez más sobre la verdad en la que estás al igual que mí, y descubrirás mejor que esto es de institución divina y puesto en manos humanas para su gobierno. Tu posiblemente te habrás preguntado: ¿y cuando hablará de algún aspecto espiritual o de algún método de vida espiritual este escritor? A lo cual yo te digo: si estás  en el escenario apropiado para combatir tendrás un buen porcentaje a tu favor para vencer en la batalla, y en este sentido, estar en la Iglesia de Cristo es estar en el fundamento de toda nuestra espiritualidad, condición indispensable para vivir en plenitud nuestra espiritualidad.  

Que Dios te siga bendiciendo cada vez más, y tú y yo nos dejemos guiar por la bendición de nuestro Dios, que es (por antonomasia) su Santo Espíritu.

por el seminarista: lucas israel gongora