miércoles, 12 de octubre de 2011

ÁREA PASTORAL

¿QUÉ ES EVANGELIZAR?


La palabra evangelizar significa literalmente "buen mensaje", "buena noticia". Jesús designa como "Evangelio" la llegada del Reino de Dios, que provocará la liberación de los oprimidos y la justicia para los pobres. Este es el anuncio que manda proclamar a sus discípulos tras la Resurrección: "Id por todo el mundo y proclamad la buena noticia (evangelio) a toda criatura" (Mc 16,15).

Jesús da una orden precisa a los apóstoles "Proclamad la Buena Nueva a toda la creación" (Mc 16,15), "Haced discípulos a todas las gentes" (Mt 28,19), con una predicación suscita  la conversión para el perdón de los pecados (Cfr. Lc. 24,47).

En el momento de la Ascensión, los discípulos limitan aún su esperanza al Reino de Israel, pues le preguntan a su Maestro: "Señor ¿Es en este momento cuando vas a restablecer el Reino de Israel?" (Hch. 1,6). En su respuesta, el Salvador les muestra claramente que deben superar el horizonte, y que ellos mismos deben convertirse en testigos no solo en Jerusalén, sino también en toda Judea y Samaria "y hasta los confines de la tierra" (Hch 1,8)

Esta misión de proclamar la buena nueva a toda la creación, sigue vigente en la Iglesia, pero para lograr llegar a los corazones de nuestros contemporáneos debemos de elaborar un buen método pastoral. El Papa Juan Pablo II en la Carta Apostólica, “Novo Millennio Ineunte” nos dice cuales deben ser las prioridades pastorales, para cumplir la misión de anunciar el evangelio.

Santidad: es una urgencia pastoral todos estamos llamados a la santidad; el verdadero misionero es el santo.

Oración: hay que aprender a orar y hacerlo un hábito.

Eucaristía dominical: ella es el centro del domingo, el día del Señor y de la Iglesia.

Sacramento de la reconciliación: se debe proponer de manera convincente y eficaz la práctica de la confesión.

Primacía de la gracia: sin Cristo no podemos hacer nada.

Escucha y anuncio de la Palabra: para anunciar a otros la buena nueva primero hay que asimilarla para anunciarla con eficacia.

El beato Juan Pablo II, con estas prioridades, nos garantiza un camino seguro para adentrarnos en este nuevo milenio, con una evangelización que este a la altura con las exigencias de nuestro tiempo.

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