martes, 1 de mayo de 2012

La formación de nuestra dimensión intelectual





Lo característico del ser humano es precisamente aquello que le hace imagen y semejanza de Dios: “La inteligencia y la voluntad”. Ambas cualidades han de ser con mucho esmero cultivadas, si se quiere crecer verdaderamente como personas íntegras, que no sólo valoran su dimensión espiritual, moral, social, psicoafectiva, etc…, sino que también descubren las virtudes intelectuales con sus características propias, que Dios les ha dado, y las explotan para bien personal y colectivo…
La formación de nuestra dimensión intelectual, que es una capacidad que dichosamente nos califica como seres de mayor dignidad que los demás que no la tienen; Se va logrando momento a momento, o día con día, si nosotros nos interesamos en leer con crítica objetiva (que consiste en interpretar como se debe, y como la Ley natural, puesta por Dios en nuestros corazones, u orden natural, realizado en las distintas realidades del mundo, nos lo enseñan. Sin embargo esto sólo en el plano natural, que muy “fácilmente” en comparación con el “dato revelado o dato de fe”, podemos entender, ya que para entender los misterios Divinos necesitamos acudir a las fuentes de la revelación que es Dios mismo al automanifestarse). Y no con crítica subjetiva (que consiste en mirar las cosas a nuestra manera o como algunos pocos que tristemente han errado, por interpretar literalmente las cosas, enseñan…).
Es decir, si nos interesamos en buscar la verdad y nos dejamos encontrar por ella, no andaremos tras propuestas erróneas, sin fundamento y sin consistencia como le estaba pasando a San Agustín, que fue tras la “secta maniquea” y a la cual defendía hasta que descubrió su inconsistencia, y por tanto tuvo que ignorar, al descubrir la “verdad por antonomasia” Cristo Jesús…
De aquí la importancia de estudiar con ahínco, con esmero, para la vida y no sólo para un posible exámen sorpresa, como pasa muchas ocasiones. Además, como dijo sencillamente y llanamente una doctora muy popular: “al cerebro le gusta alimentarse de los libros” y esta otra: “el cerebro es muy agradecido, entre más leemos, más ágil se mantiene y se va haciendo…”
El hombre por naturaleza es un buscador de la verdad y no debe descansar hasta lograr alcanzarla…. Eso me lo digo yo y también te o digo a tí querido lector…

Sem. Lucas Israel Góngora